martes, 4 de diciembre de 2018

La resistencia


La resistencia es la capacidad psíquica y física de soportar un esfuerzo, como jugar un partido de fútbol, manteniendo un ritmo de juego alto, sin cometer errores, y el tiempo que tarda uno en recuperarse.
Sabes que hay dos tipos de resistencia: aeróbica, que implica esfuerzos inferiores a 160 pulsaciones, y anaeróbica, que implica esfuerzos superiores a 160 pulsaciones por minuto.No deben tomarse nunca las pulsaciones con el dedo pulgar, porque éste tiene pulsaciones propias.

1.- Conceptos

La resistencia aeróbica

La resistencia aeróbica se obtiene a través de la combustión de las grasas y de la glucosa, que se queman en el interior de la célula en presencia de oxígeno, para crear la energía química que se transforma en movimiento.

Este proceso tiene lugar al realizar esfuerzos superiores a 3 minutos y con una intensidad inferior al 70 % de la capacidad máxima o con una frecuencia cardíaca entre 130 y 160 pulsaciones por minuto.

Cuando se supera esta intensidad, el trabajo se denomina resistencia anaeróbica.

La resistencia aeróbica desarrolla el volumen del corazón, mientras que la resistencia anaeróbica desarrolla la pared cardíacaPara una buena salud física, primeramente se debe desarrollar el volumen y luego la pared, nunca a la inversa, pues la pared, una vez desarrollada, no se puede modificar.

2. La resistencia aeróbica en el deporte

La resistencia aeróbica interviene de una manera fundamental en los siguientes deportes:

- El esquí de fondo. Es el deporte en el que más oxígeno se necesita para alcanzar un buen rendimiento.

- El ciclismo. Los ciclistas profesionales de las grandes vueltas necesitan un buen transporte de oxígeno para poder recuperarse de un día para otro.

- El remo. En 1715 se organizó en el río Támesis a primera regata profesional. Un siglo más tarde se efectuó por primera vez la famosa competición entre las universidades de Oxford y Cambridge, que hasta hoy se viene celebrando todos años.

LA RESISTENCIA ANAERÓBICA

La adaptación del organismo al ejercicio

Durante el ejercicio físico, el organismo se adapta mediante un ajuste que aumenta la frecuencia por minuto de los latidos y ciclos respiratorios, Esta adaptación permite que el músculo reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita para realizar el esfuerzo que se le solicita.

Cuando la intensidad de este ejercicio es suave o moderada, y los músculos son capaces de conseguir energía degradando los nutrientes con suficiente cantidad de oxígeno, es posible realizar esa actividad durante largos períodos de tiempo sin problemas.

Sin embargo, cuando el esfuerzo que se realiza es intenso y se prolonga más de 20 segundos, los músculos se ven obligados a consumir esos nutrientes sin la cantidad suficiente de oxígeno. Esto trae como consecuencia un mayor consumo de energía y, lo que es peor, la generación de productos residuales como el ácido láctico. Este componente termina acidificando el organismo y, cuando llega a unos niveles determinados, obliga a disminuir la intensidad del ejercicio y, finalmente, a parar.

En qué consiste la resistencia anaeróbica

La resistencia anaeróbica proporciona una energía rápida e intensa para realizar un ejercicio, pero al no tener suficiente oxígeno consume muchos nutrientes y crea productos de desecho que rápidamente obligarán a parar. Cuando esto sucede, es necesario un tiempo de descanso adecuado para que el organismo elimine esos productos residuales y afronte nuevamente un esfuerzo de características similares




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